jueves, noviembre 16, 2006

Diecisiete años...

... mascando el mismo chichle

Una de esas historias impresionantes que a veces te llegan por correo electrónico. La guardo desde hace 5 años (¿ya?) y ahora que tengo el blog he pensado que es el momento de disfrutarla.

Espero que os guste...

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Me revuelvo una vez más en la cama. Joder, las cuatro. Y mañana tengo elexamen. Pensaba que después de tres días sin dormir me sería más fácil conciliar el sueño. Quizá sea la Coca-Cola de esta mañana... Quizá haya sido el café doble de antes de irme a la cama... Quizá si me la vuelvo a cascar... No hay manera, nunca funciona. Los churritones de sudor me resbalan por la frente y estornudo: tengo los pies fuera de la cama. Me limpio los mocos con la manga y alcanzo la radio. Alguien cuenta que ha matado a su jefe y que ahora no sabe qué hacer... Je, y dice que tiene un problema.

Diecisiete años desde la primera convocatoria... El sueño me embarga al fin. Suena el despertador. Intento infructuosamente abrir los ojos. Alargo una mano y me rasco un huevo. Descubro que algunas partes demi cuerpo ya llevaban rato despiertas y decido solidarizarme. Las legañas se desgarran con el sonido que hace un alien al salir de la barriga.Enciendo la luz pero la pasta pegajosa que me cerca los ojos me impide ver con claridad. Miro por la ventana y no veo nada. Pruebo subiendo la persiana: ahora sí; ¡qué susto! Voy a la cocina. Me apetece desayunar pero tengo el estómago revuelto. Malditos exámenes. Bebo un vaso de agua. Me saco un moco y me lo meto en la boca. Hay que ver cómo se queda la ropa cuando duermes con ella. Sobre todo al tercer día.

El autobús va máslleno que de costumbre. Mi paquete viaja cómodamente instalado entre las nalgas de la chica de delante. El tráfico es horrible pero hoy no me importa. El viaje discurre apaciblemente. El autobús llega al Poli, pero mi paquete y yo bajamos dos paradas después con la chica de delante. Una vez más mi debilidad me ha vuelto a jugar una mala pasada. El paseo hasta el Poli es largo y tedioso. Llego a clase. Joder, cada año hay más gente. Me siento, escupo el chicle desafiante y echo un vistazo a mi alrededor.Veo a mi hijo entre la muchedumbre. Caray, no lo veía desde los últimos exámenes, cómo ha crecido. Él me ve y mira hacia otra parte.Desagradecido. Si lo llego a saber aquella borrachera hace 19 años.

Vaya, allí está Genara. Y dice Rosendo que no está buena. Qué sabrá él. La imagino en pelotas. Se me olvidan tres fórmulas de la impresión: ya sólo me sé una. Joder, ahí llega el novio. A él lo imagino vestido y debajo de un tren. Una sonrisa se dibuja en mi cara. Él le da un beso y a mi se me revuelven las tripas. Me sangra la nariz. No me preocupa. Me pasa siempre que tengo un disgusto. El veterinario dice que es normal. El profesor entra y vuelve a salir. Al minuto vuelve con varios profesores del departamento que me señalan y se descojonan. Joder, cada año lo mismo, aver si crecen. Abro la cartera y saco el material: lápiz, goma, bolis, calculadora solar, compás, bote de cola, nunchakos, un profiláctico, supositorios de glicerina... Vaya, ya están repartiendo. Perfecto, son las 9 en punto. En estos momentos mi abuela estará llamando a Rectorado con unaviso de bomba. Parece que no cuela. Otra de las cosas que nunca funcionan.

PRIMER PROBLEMA: Joder, ni puñetera idea. Me hace dudar de si las chuletas que llevo corresponden con la asignatura. Juraría que sí. El empollón de delante aporrea la calculadora y escribe frenéticamente sobre el papel. Me pregunto cómo va a volver a casa con las ruedas del coche pinchadas.

SEGUNDO PROBLEMA: ¿Qué carajo es esto? Levanto la mano y advierto de un error al profesor. Se acerca, le da la vuelta a mi hoja y me advierte de que lo estaba leyendo al revés. Le agradezco su generosidad y le digo que ya lo sabía. El profesor vomita de la risa. Me vuelve a sangrar la nariz. Se limpia y se aleja todavía descojonándose. Quince filas delante mi hijo se gira y me hace un corte de manga. Cabrito. Tengoque hablar con su madre. El horario que tiene en la cárcel es tan restrictivo...

Bueno, concentración. Miro el problema. El empollón de delante sigue rellenando hojas. Me saco un moco y se lo pego en la espalda. Me siento mucho mejor. Debe ser de esas pequeñas cosas que tiene la vida...

TERCER PROBLEMA: Debería actualizar mi temario. Esto que me preguntan no se había inventado hace diecisiete años. Levanto la mano y advierto al profesor que este tipo de problemas están prohibidos por la convención de Ginebra. Me dice que como vuelva a levantar el brazo me lo corta. Me trago el comentario sobre su madre, podría ser contraproducente. Vuelvo al problema. Pienso. Sí, podría funcionar. Destapo el bote de cola y me lo pongo bajo la nariz. Aspiro profundamente. Síiiii... ... Elproblema empieza a tener sentido. Ahora todo encaja.

Esto aquí esto allá. Caray! Esto no era un error del enunciado! De repente sale Jimmy Hendrix de detrás de una nube verde y me dice que "Purple Haze" no empieza en Mi sino en Sol y que en el departamente de Termo sí saben resolver los problemas que ponen en los exámenes, que no los copian de un libro. No me creo nada de lo que me dice... aunque eso explicaría lo mal que toco"Purple Haze". Me vuelve a sangrar la nariz. Me coso los orificios nasales. Se me quedan los ojos en blanco.Vomito cosas que comí hace un mes; es curioso.

El profesor recoge los exámenes. La gente sale jubilosa del aula. El empollón pide a un amigo que le lleve a casa, que nosequé de unas ruedas. Veo a mi hijo besando a un compañero. Es maricón, lo sabía. Los profesores me hacen el pasillito mientras salgo de clase. Los conozco a todos. Algunos empezaron diez años más tarde que yo. Genara sale caminando voluptuosamente. La imagino desnuda. Me mira y yo le miro. Le levanto una ceja seductoramente. Ella me sonríe y me dice que estoypisando una mierda. Le da un beso al novio y se van descojonándose. Me limpio el zapato en un escalón mientras intento que deje de sangrarme la nariz. Recojo el chicle y me lo meto en la boca.

Diecisiete años mascando el mismo chicle, pienso mientras me alejo caminando. Hay que ver cómo pasa el tiempo...