HERALDO DE ARAGÓN
I. ARISTU. Zaragoza | El Departamento de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno Vasco informó ayer a HERALDO de que sus técnicos han confirmado la presencia del mejillón cebra en el embalse de Sobrón, un pequeño pantano situado en el límite entre Álava y Burgos. Aunque un portavoz de esta Consejería insistió en que de momento se ha encontrado un solo ejemplar adulto, este periódico ha podido saber de fuentes de toda solvencia que en esa misma zona ya se han detectado concentraciones importantes de esta especie invasora que causa estragos ambientales, provoca pérdidas millonarias y hasta el momento es invencible en todo el mundo.
La Diputación Foral de Álava ya ha transmitido el hallazgo al Departamento de Medio Ambiente de la DGA y al resto de instituciones implicadas. La funesta noticia, que empezó a intuirse el miércoles después de que se supiera que se han encontrado larvas de mejillón cebra en el meandro de Ranillas, ha sido calificada por varios expertos consultados por este periódico como "un desastre ecológico" para toda la cuenca del Ebro.
Los técnicos recuerdan que la presencia del molusco en al menos uno de los embalses de la cabecera del río -podrían ser más- supone que ahora mismo cientos de miles de larvas de mejillón como las detectadas en Zaragoza están bajando libremente hacia el mar. Esto significa que todo el eje del Ebro y el tramo final de sus afluentes corren el riesgo de ser colonizados por el molusco.
Imparable a favor de corriente
Las probabilidades de infestación aumentan en las zonas de poca corriente -menos de 1,5 metros por segundo-, ya que el hábitat ideal del mejillón cebra son las aguas remansadas. El problema es que la regulación del Ebro hace que esos tramos sean cada vez más abundantes. Sin ir más lejos, la construcción del azud de la Expo convertirá Zaragoza en un lugar ideal para la especie.
Hasta ahora, la plaga se había extendido a contracorriente desde el Bajo Ebro catalán saltando las presas de Ribarroja y Mequinenza y llegando hasta Escatrón. Los expertos confiaban en que a partir de ese punto la fuerza del agua frenara la expansión de este dañino animal, y de hecho así ha sido durante el último año.
Sin embargo, el hallazgo de importantes poblaciones de mejillón cebra en el pantano de Sobrón supone que la especie ha saltado hasta la cabecera del río a través de medios humanos. Ahora avanza a favor de corriente sin que nada pueda detenerla.
Lo más probable es que el molusco haya viajado hasta Sobrón pegado al casco de alguna embarcación. No obstante, los científicos recuerdan que cualquier pequeña cantidad de agua transferida de una zona a otra -la que pueda quedarse en unas botas de pesca, por ejemplo- es suficiente para propagar las larvas de mejillón cebra. Ni siquiera puede descartarse que los ejemplares transportados hasta el límite entre Burgos y Álava provengan de la cuenca del Júcar o de otro país con presencia de la especie.
Las consecuencias
Sea como sea, y por citar sólo algunos casos situados en Aragón, es muy probable que la plaga invada parajes de gran valor ambiental como los galachos de Juslibol o el galacho de La Alfranca. Además, ya es un hecho que las larvas de mejillón cebra están bajando por el Canal Imperial convirtiéndose en una amenaza para la última población de margaritífera que queda en el mundo.
Si se acaban infestando, en todos esos lugares cientos de miles de ejemplares de mejillón disminuirán la cantidad de oxígeno en el agua, eliminarán el fitoplancton con el que se alimentan los peces y acabarán con las especies autóctonas. Por si fuera poco, la ingente capacidad de reproducción de esta especie le permitirá taponar todo conducto que encuentre a su paso.
De esta forma, muchos municipios situados a orillas del río -entre ellos Zaragoza, Logroño y Tudela- podrían ver cómo sus acequias, sus colectores, sus tomas de agua o sus estaciones de bombeo se obstruyen causando un enorme perjuicio económico. Lo mismo les sucederá a las instalaciones de muchas empresas.