¿Nadie más lo nota?
Cuando el viento cambia su dirección habitual (viento del NW), o cuando se mantiene durante varios días en calma, recibimos un asqueroso olor en toda la ciudad, algo pútrido y ligeramente dulzón.
Como no sé a ciencia cierta de dónde procede, no haré acusaciones en balde aquí, pero me recuerda mucho al que remata todo rastro de vida (inteligente o no) allá por la desembocadura del río Gállego.
Tanto que a algunos se les llena la boca con la Expo 2008 y esas cosas, creo que una ciudad moderna no puede permitirse amanecer de vez en cuando con esta contaminación ambiental. Alguna solución tendrá que tomar quien sea competente (ah, qué gran invento ese de las competencias para pasarse la patata caliente de unos a otros cuando les interesa...).
Menos mal que al fin he entrado en el portal de casa de mi padre y el olor a conejo (lejía) me ha limpiado (y seguro desinfectado) las mucosas nasales.
Si alguien tiene comentarios o más información al respecto, la agradeceré.
Saludicos...